sábado, 18 de septiembre de 2010

A un poeta menor de la antología

¿Dónde está la memoria de los días
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron
dicha y dolor y fueron para ti el universo?

El río numerable de los años
los ha perdido; eres una palabra en un índice.

Dieron a otros gloria interminable los dioses,
inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores;
de ti sólo sabemos, oscuro amigo,
que oíste al ruiseñor, una tarde.

Entre los asfodelos de la sombra, tu vana sombra
pensará que los dioses han sido avaros.

Pero los días son una red de triviales miserias,
¿y habrá suerte mejor que ser la ceniza,
de que está hecho el olvido?

Sobre otros arrojaron los dioses
la inexorable luz de la gloria, que mira las entrañas y enumera las grietas,
de la gloria, que acaba por ajar la rosa que venera;
contigo fueron más piadosos, hermano.

En el éxtasis de un atardecer que no será una noche,
oyes la voz del ruiseñor de Teócrito.

Jorge Luis Borges

José Saramago - Premio Nobel Litaratura 1998

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros
viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven... no lo lograrás.

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten
en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de
una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas
que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... Valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

José Saramago

Premio Nobel Litaratura 1998

Hasta el cielo - Gabriel Norberto Tornabene


Bajaré mi mano, tocaré el suelo,
alzaré mi vista, llegaré hasta el cielo,
avanzaré despacio sin sentirme triste,
de lo que no tuve y lo que fuí perdiendo.

Disfrutaré todo, todo lo que tengo,
junto a mis amigos verdaderos,
compartiré mi vida, y con ellos,
trataré que se cumplan mis simples sueños.

Siempre tendré a Dios como fiel aliado,
cabalgando juntos, escalando cuestas,
silencioso y fuerte, siempre de su mano.

Y a todos aquellos que he perdido,
llevaré hasta mi muerte siempre conmigo,
y serán la guía de un recto camino.

Gabriel Norberto Tornabene

Los espejos - Jorge luis Borges


Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos

sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita

Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,

Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.

Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,

Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.

Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.

Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.

Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.

Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.

Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.

Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.

Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso no alarman.



Sentir el universo - Gabriel Norberto Tornabene


Sentir el Universo, muy cerca de los ojos,
captar en los sentidos, la luz, la claridad,
frescura de un rocío de noche de amantes,
recuerdos del pasado que no volverá.

Sentir que tu eres mía, en todo momento,
que me extrañas en la noche si me alejo,
que el solo recuerdo de mi voz en tus oídos,
te hace sentir unida al sabor de mis besos.

Sentir que estamos juntos a pesar del tiempo,
a pesar de las sombras que tratan en la noche,
de ocultar el majestuoso amor que nos tenemos.

Sentir que nos amamos, sentir que nos queremos,
que cuando surge la penumbra de la soledad,
se acrecienta la atracción y renacemos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Vacío del Alma - JOSEPH NEWTON


¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles,
creyendo que un día... (No sabes cuándo)....Vas a necesitarlos?

¿Tienes el hábito de juntar dinero, sólo para no gastarlo pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta?

¿Tienes el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas desde hace mucho tiempo?

¿Y dentro tuyo...?
¿Tienes el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos y demás?

¡Eso jamás lo hagas!
¡Va contra tu prosperidad!

Es preciso que dejes un espacio, un vacío,
para que cosas nuevas lleguen a tu vida.

Es preciso que te deshagas de todo lo inútil
que hay en ti y en tu vida, para que la prosperidad llegue.

La fuerza de ese vacío es lo que absorberá y atraerá todo lo que deseas.

Mientras estés, material o emocionalmente,
cargando sentimientos viejos e inútiles,
no tendrás espacio para nuevas oportunidades.

Los bienes necesitan circular...
Limpia los cajones, los armarios,
el cuarto de enseres, el garage...

Dona todo aquello que ya no uses...

La actitud de guardar un montón de cosas inútiles
solo encadenan tu vida.

No son los objetos guardados los que estancan tu vida...
Sino el significado de la actitud de guardar...

Cuando se guarda,
se considera la posibilidad de falta, de carencia...

Se cree que mañana podrá faltar,
y que no tendrás manera de cubrir esas necesidades...

Con esa idea, le estás enviando
dos mensajes a tu cerebro y a tu vida...

que no confías en el mañana...

y que piensas que lo nuevo y lo mejor NO son para ti,
por eso te alegras guardando cosas viejas e inútiles.

Deshazte de lo que ya perdió el color y el brillo...

Deja entrar lo nuevo a tu casa... Y dentro de ti mismo...

Por eso, después de leer esto...
No lo guardes...

Hazlo circular...para
Que la prosperidad y la paz pronto lleguen a ti.













miércoles, 1 de septiembre de 2010

Limpiando el alma


He tirado las rosas marchitas
y he sembrado nuevas primaveras,
he borrado nubes tormentosas
pintando arco iris
del color de la esperanza.

Abrí las pestañas de mi ventana
e invité al sol a desayunar conmigo.
Vacié las tazas con pozos añejos
y en el jarrón de la ilusión puse
ramas de olivo y de hierbabuena.

Aquella caracola con tu susurro,
la he devuelto al mar de mi olvido,
junto aquel verso escrito a destiempo
que hablaba de amores,
de besos y risas,
de soles y cielos,
de flores y mares
y que tenía tu nombre
con sangre grabado.
Sólo me queda limpiar las telarañas
que aún quedan colgando
en los rincones de mi soledad.

Marila, estás siempre con nosotras