Camino por las calles, no estás, y yo estoy triste,
tan triste que no sé cómo explicarme
por qué camino y camino imperturbable,
sin darme cuenta que lo que ayer estaba, aún persiste.
Mis ojos y mi andar de tristeza se visten,
el ruido callejero me suena abominable,
no puedo, no quiero renunciar a lo irrenunciable,
todo es igual que ayer y todo existe...
Existe el aire que acaricia mi mano,
vuela la mariposa que atrapar quiero en vano,
aún el ardiente fuego del hogar crepitará encendido...
¿Por qué la niebla y la humedad en mis ojos?
Por qué todo me parece tan poco?
Ya sé, te esperé mucho tiempo y no has venido.
María del Carmen Reyes
Madelca
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