La carne es débil y la tentación grande, los hombres de Dios no están excentos de sucumbir a esta explosiva dupla. El Vaticano no ignora la dificultad que significa, para muchos sacerdotes, respetar el voto del celibato que juraron cumplir por toda la vida y por ello ha decidido atender el asunto.
En la Curia Romana existe claridad sobre el problema de los clérigos con amantes, concubinas e incluso hijos. Aprovechando el “año sacerdotal” convocado por el Papa Benedicto XVI en varias secciones de la Sede Apostólica ha comenzado una seria reflexión al respecto.
Según información de la Secretaría de Estado del Vaticano el problema de la infidelidad al celibato es grave en algunos países de Africa, América Latina y Europa. Concretamente en naciones como la República Centroafricana, Brasil o Argentina. Mientras que en Austria parece existir un “foco infeccioso” ampliamente difundido de este mal: algunos llegan a asegurar que entre el 20 y 30 por ciento de los curas allí tienen concubina.
El domingo pasado el diario italiano La Stampa de Turín publicó un artículo en el cual se reveló que la Santa Sede está pensando en permitir que los hijos ilegítimos de los sacerdotes lleven los apellidos de sus padres y estén en posibilidades de heredar sus bienes.
La noticia desató una polémica rápidamente conjurada por el vocero papal Federico Lombardi quien calificó ante la prensa como “carente de fundamento” el reportaje. La historia no terminará ahí, el asunto preocupa y mucho, ante todo al mismo obispo de Roma.
Este año ha sido difícil para la Iglesia en materia de escándalos ligados a sus sacerdotes. No por ello debe cambiar la regla del celibato pero resulta lógico que, ante los hechos, los colaboradores del Papa se cuestionen a fondo sobre el particular. Porque los problemas existen y deben ser atendidos como Dios manda.
En la Curia Romana existe claridad sobre el problema de los clérigos con amantes, concubinas e incluso hijos. Aprovechando el “año sacerdotal” convocado por el Papa Benedicto XVI en varias secciones de la Sede Apostólica ha comenzado una seria reflexión al respecto.
Según información de la Secretaría de Estado del Vaticano el problema de la infidelidad al celibato es grave en algunos países de Africa, América Latina y Europa. Concretamente en naciones como la República Centroafricana, Brasil o Argentina. Mientras que en Austria parece existir un “foco infeccioso” ampliamente difundido de este mal: algunos llegan a asegurar que entre el 20 y 30 por ciento de los curas allí tienen concubina.
El domingo pasado el diario italiano La Stampa de Turín publicó un artículo en el cual se reveló que la Santa Sede está pensando en permitir que los hijos ilegítimos de los sacerdotes lleven los apellidos de sus padres y estén en posibilidades de heredar sus bienes.
La noticia desató una polémica rápidamente conjurada por el vocero papal Federico Lombardi quien calificó ante la prensa como “carente de fundamento” el reportaje. La historia no terminará ahí, el asunto preocupa y mucho, ante todo al mismo obispo de Roma.
Este año ha sido difícil para la Iglesia en materia de escándalos ligados a sus sacerdotes. No por ello debe cambiar la regla del celibato pero resulta lógico que, ante los hechos, los colaboradores del Papa se cuestionen a fondo sobre el particular. Porque los problemas existen y deben ser atendidos como Dios manda.
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