miércoles, 1 de septiembre de 2010

Limpiando el alma


He tirado las rosas marchitas
y he sembrado nuevas primaveras,
he borrado nubes tormentosas
pintando arco iris
del color de la esperanza.

Abrí las pestañas de mi ventana
e invité al sol a desayunar conmigo.
Vacié las tazas con pozos añejos
y en el jarrón de la ilusión puse
ramas de olivo y de hierbabuena.

Aquella caracola con tu susurro,
la he devuelto al mar de mi olvido,
junto aquel verso escrito a destiempo
que hablaba de amores,
de besos y risas,
de soles y cielos,
de flores y mares
y que tenía tu nombre
con sangre grabado.
Sólo me queda limpiar las telarañas
que aún quedan colgando
en los rincones de mi soledad.

Marila, estás siempre con nosotras

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